viernes, 4 de abril de 2014

PISO FILOSÓFICO EN EL QUE SE SUSTENTA LA INVESTIGACION EDUCATIVA
Por: Iraine Aldazoro

   Para hablar del piso filosófico en el que se sustenta la investigación educativa, se debe comenzar por la corriente filosófica idealista de Platón, considerado uno de los más grandes filósofos griegos, a quien junto con Aristóteles se le reconoce como uno de los pilares fundamentales en cuyo pensamiento se sustentó el llamado modo tradicional de la educación.
   Platón fue el primero que desarrolló una teoría sistemática de la educación basándose en una concepción filosófica integral, para él “conocer es volverse consciente o recordar lo que ya tenemos latente dentro de nosotros”, con esto quiso decir que el conocimiento no parte desde cero. Así, Platón planteó la idea que el conocimiento se encuentra preexistente en mente y por ello el conocimiento intelectual era distinto en unos hombres y en otros.
      Platón estructuró una teoría de la educación en el que precisó el concepto y fines que debía tener, los principios que debían orientarlos, la naturaleza del conocimiento y cómo adquirirlos, estableció las características del educador y del educando, diseñó todo un proceso educativo, señalando los medios más eficaces para su visualización, también abordó el papel del Estado en la educación (considerado por él como esencial), se puede afirmar que Platón planteó la institucionalización de la educación por parte del Estado y dejó una propuesta para la educación de las mujeres.
   No obstante, de los importante aportes de Platón a la investigación educativa, se puede concluir que la teoría educativa propuesta por Platón en su diálogo “la República”  es de carácter elitista, con predominio de la clase pudiente u oligarca en la producción de conocimiento o saberes, marginando a las mayorías populares, limitándolas a actividades manuales. Todo esto indica que la visión educativa de Platón era totalitaria y exclusivista.
   Por otro lado, tenemos la corriente filosófica intelectualista de Herberto Spencer, su teoría educativa está reflejada en su obra “La Educación intelectual, moral y física”, para Spencer el fin último de la educación debe ser “adquirir el mayor caudal posible de conocimientos que sirva para el máximo desarrollo de la vida individual y social en todos sus aspectos”, sostenía que la ciencia, que nos revela los secretos de la naturaleza, que nos proporciona medios para satisfacer nuestra necesidad, es la educación por excelencia, y, hay que anteponerla al padre, al maestro, al estado y a la iglesia. Afirmaba que las letras y el arte no tienen más papel que ocupar el ocio de las clases acomodadas, anteponiendo las disciplinas de: fisiología e higiene, matemáticas, ciencias físicas y naturales, psicología e historia como ciencias que deben ser aprendidas. Spencer tenía como lema: “enseñar lo menos posible, hacer hallar lo más posible”, con esto quería decir que nada incita más al estudiante al trabajo que los pequeños descubrimientos que realiza, y, para excitar ese interés por esa actividad espontanea nada más apropiado que los principios de Pestalozzi, que Spencer acuña nuevamente.
   Con estos principios Spencer sustenta su teoría filosófica de la investigación educativa, la cual es netamente naturalista e intelectualista, no admitiendo los valores morales propiamente dichos, de este modo puede disertar sobre educación moral sin apelar a la conciencia, al deber, a la libertad o las sanciones superiores. Su planteamiento pretende conocer más el aspecto evolutivo y biológico del hombre como ser humano, cuestionando la existencia del alma espiritual, procedente de Dios.
   Por ende, los positivistas emergen en un sistema filosófico basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el cual la metafísica y la teología son sistemas de conocimientos imperfectos e inadecuados, usado en su mayoría por las ciencias duras dejando de lado en la investigación el quehacer diario del hombre y su vinculación con la sociedad. Entre sus mayores representantes están Augusto Comte, nos dejo la escuela republicana y alega que la finalidad de la educación no debe ser prepararnos para una profesión si no para la vida por medio del positivismo. Saint Simon alega que cada uno ha de ser clasificado según su capacidad y remunerado según sus obras. John Stuart Mill    Establece cuatro reglas para averiguar los antecedentes de los fenómenos: La concordancia, La diferencia, Los Residuos, La variaciones Concomitantes. Junto a la figura de los miembros del Círculo de Viena aparece un joven vienés que, con el tiempo, se convierte en uno de los principales artífices de la filosofía de la ciencia. Sin él no se podría comprender el desarrollo de esta disciplina. Buena parte de los filósofos posteriores de la ciencia se inspiraron en su teoría de la ciencia. Unos para criticarla y proponer nuevos caminos; otros para continuar en su misma línea filosófica y completar sus teorías Karl Popper.
En contraposición a los defensores del positivismo surge la hermenéutica la cual planteo la necesidad de conocer las causas internas del fenómeno, así que en vez de buscar la explicación de los fenómenos busca su comprensión. Mientras que las ciencias naturales buscan explicar y controlar las leyes del mundo físico mediante procesos estructurados en forma rígida, normativa o como un canon llamado "métodos cuantitativos" que tiene su fundamento en la filosofía positivista, las ciencias sociales buscan interpretar y comprender los motivos internos de la acción humana, mediante procesos libres, no estructurados, sino sistematizados, a los que inapropiadamente se les llama "métodos cualitativos", por la resonancia positivista, pudiendo llamarse "procesos cualitativos", que han dado origen a diversos enfoques hermenéuticos como el fenomenológico, del Dasein, de la comprensión del sentido, el neokantiano, el lingüístico, que tienen su fuente en la filosofía humanista, y que han facilitado el estudio de los hechos históricos, sociales y psicológicos del ser humano.


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