PISO
FILOSÓFICO EN EL QUE SE SUSTENTA LA INVESTIGACION EDUCATIVA
Por: Iraine Aldazoro
Para hablar del piso filosófico en el que se
sustenta la investigación educativa, se debe comenzar por la corriente
filosófica idealista de Platón, considerado uno de los más grandes filósofos
griegos, a quien junto con Aristóteles se le reconoce como uno de los pilares
fundamentales en cuyo pensamiento se sustentó el llamado modo tradicional de la
educación.
Platón fue el primero que desarrolló una
teoría sistemática de la educación basándose en una concepción filosófica
integral, para él “conocer es volverse consciente o recordar lo que ya tenemos
latente dentro de nosotros”, con esto quiso decir que el conocimiento no parte
desde cero. Así, Platón planteó la idea que el conocimiento se encuentra
preexistente en mente y por ello el conocimiento intelectual era distinto en
unos hombres y en otros.
Platón
estructuró una teoría de la educación en el que precisó el concepto y fines que
debía tener, los principios que debían orientarlos, la naturaleza del
conocimiento y cómo adquirirlos, estableció las características del educador y
del educando, diseñó todo un proceso educativo, señalando los medios más
eficaces para su visualización, también abordó el papel del Estado en la
educación (considerado por él como esencial), se puede afirmar que Platón
planteó la institucionalización de la educación por parte del Estado y dejó una
propuesta para la educación de las mujeres.
No obstante, de los importante aportes de
Platón a la investigación educativa, se puede concluir que la teoría educativa
propuesta por Platón en su diálogo “la República” es de carácter elitista, con predominio de la
clase pudiente u oligarca en la producción de conocimiento o saberes,
marginando a las mayorías populares, limitándolas a actividades manuales. Todo
esto indica que la visión educativa de Platón era totalitaria y exclusivista.
Por otro lado, tenemos la corriente
filosófica intelectualista de Herberto Spencer, su teoría educativa está
reflejada en su obra “La Educación intelectual, moral y física”, para Spencer
el fin último de la educación debe ser “adquirir el mayor caudal posible de conocimientos
que sirva para el máximo desarrollo de la vida individual y social en todos sus
aspectos”, sostenía que la ciencia, que nos revela los secretos de la
naturaleza, que nos proporciona medios para satisfacer nuestra necesidad, es la
educación por excelencia, y, hay que anteponerla al padre, al maestro, al
estado y a la iglesia. Afirmaba que las letras y el arte no tienen más papel
que ocupar el ocio de las clases acomodadas, anteponiendo las disciplinas de:
fisiología e higiene, matemáticas, ciencias físicas y naturales, psicología e
historia como ciencias que deben ser aprendidas. Spencer tenía como lema:
“enseñar lo menos posible, hacer hallar lo más posible”, con esto quería decir
que nada incita más al estudiante al trabajo que los pequeños descubrimientos
que realiza, y, para excitar ese interés por esa actividad espontanea nada más
apropiado que los principios de Pestalozzi, que Spencer acuña nuevamente.
Con estos principios Spencer sustenta su
teoría filosófica de la investigación educativa, la cual es netamente
naturalista e intelectualista, no admitiendo los valores morales propiamente
dichos, de este modo puede disertar sobre educación moral sin apelar a la
conciencia, al deber, a la libertad o las sanciones superiores. Su
planteamiento pretende conocer más el aspecto evolutivo y biológico del hombre
como ser humano, cuestionando la existencia del alma espiritual, procedente de
Dios.
Por ende, los positivistas emergen en un
sistema filosófico basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los
fenómenos naturales, en el cual la metafísica y la teología son sistemas de
conocimientos imperfectos e inadecuados, usado en su mayoría por las ciencias
duras dejando de lado en la investigación el quehacer diario del hombre y su
vinculación con la sociedad. Entre sus mayores representantes están Augusto
Comte, nos dejo la escuela republicana y alega que la finalidad de la educación
no debe ser prepararnos para una profesión si no para la vida por medio del
positivismo. Saint Simon alega que cada uno ha de ser clasificado según su
capacidad y remunerado según sus obras. John
Stuart Mill Establece
cuatro reglas para averiguar los antecedentes de los fenómenos: La
concordancia, La diferencia, Los Residuos, La variaciones Concomitantes. Junto a la figura de los miembros del Círculo de
Viena aparece un joven vienés que, con el tiempo, se convierte en uno de los
principales artífices de la filosofía de la ciencia. Sin él no se podría
comprender el desarrollo de esta disciplina. Buena parte de los filósofos
posteriores de la ciencia se inspiraron en su teoría de la ciencia. Unos para
criticarla y proponer nuevos caminos; otros para continuar en su misma línea
filosófica y completar sus teorías Karl Popper.
En
contraposición a los defensores del positivismo surge la hermenéutica la cual
planteo la necesidad de conocer las causas internas del fenómeno, así que en vez
de buscar la explicación de los fenómenos busca su comprensión. Mientras que
las ciencias naturales buscan explicar y controlar las leyes del mundo físico
mediante procesos estructurados en forma rígida, normativa o como un canon
llamado "métodos cuantitativos" que tiene su fundamento en la
filosofía positivista, las ciencias sociales buscan interpretar y comprender
los motivos internos de la acción humana, mediante procesos libres, no
estructurados, sino sistematizados, a los que inapropiadamente se les llama
"métodos cualitativos", por la resonancia positivista, pudiendo
llamarse "procesos cualitativos", que han dado origen a diversos
enfoques hermenéuticos como el fenomenológico, del Dasein, de la comprensión
del sentido, el neokantiano, el lingüístico, que tienen su fuente en la
filosofía humanista, y que han facilitado el estudio de los hechos históricos,
sociales y psicológicos del ser humano.
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