lunes, 7 de abril de 2014

INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Y SUSTENTACIÓN FILOSÓFICA

Por  María Inés Bravo de Coronel

La práctica de la investigación educativa se sustenta en la ideología predominante del investigador, debido a que como sujeto histórico social posee, un marco social cultural, una posición política filosófica ante la vida y ante los problemas concretos, de allí que los problemas a investigar sean seleccionados de acuerdo a ese marco de reflexión que posee dicho investigador.
El proceso investigativo educativo en sí, se ubica en una determinada perspectiva filosófica, que va influir en la manera de abordar el análisis del problema, en el planteamiento de las soluciones y la organización de la práctica sociopolítica correspondiente. Al hacer una distinción en el proceso de investigación educativa se tiene que utilizar una metodología para orientar la practica científica, que emergerá de acuerdo a los objetivos planteados,  las características del objeto de estudio, el marco teórico y las circunstancias socio históricas en la que se forja la investigación. La metodología como dimensión filosófica en la investigación educativa implica, definir las formulaciones teóricas generales y particulares para ordenar el proceso investigativo, en dependencia de las necesidades y requerimientos de la realidad objetiva.
Ahora bien desde el análisis de la postura adoptada en las investigaciones educativas que se sitúan en la perspectiva del positivismo se tiene, que no pueden escapar de las limitaciones que guardan las teorías sociales elaboradas dentro de esta corriente, el mismo Augusto Comte, en el “Discurso sobre el espíritu positivo” señala que:”nuestras teorías tienden cada vez más a representar exactamente los objetos exteriores de nuestras constantes investigaciones, pero sin que pueda, en ningún caso, ser plenamente apreciada la verdadera constitución de cada una de ellas, debiendo limitarse la perfección científica a aproximarse a este límite ideal hasta donde lo exigen nuestras diversas necesidades reales”.
Aplicar la teoría positivista, en la investigación educativa es una realidad, que tiene su verdad, que dirige a la búsqueda de situaciones necesarias para demostrar y comprobar, es un hecho notorio de relevante importancia en el sustento filosófico de la investigación, conocer y entender su proceso objetivo, tangible, de obtención de información, que respecto a datos exactos proporciona; pero también desecha las opiniones, sentimientos, está libre de valores, llegando a concebir la investigación social como una actividad neutral, acciona  eliminando toda preconcepción, por no estar limitada por condiciones de emociones o actitudes.
 Desde aquí es, que teniendo en cuenta que la investigación es un proceso objetivo y subjetivo, debido a que el investigador es un sujeto histórico social, que está compuesto por la compleja diversidad que genera la vida social y política, pero que coincide transitoriamente, por partes, en un escenario, de puntos de acuerdos, que están determinados  por la dinámica de la propia realidad, de la que forma parte cada actor y el sujeto histórico en su conjunto, que a la vez se manifiestan en elementos subjetivos que están condicionados, por la dinámica de la propia realidad de la que forma parte él mismo, sus deseos, sus prejuicios, sus valores, que se vuelven objetivos, es decir se concretan en la práctica.
Vista así, tenemos que  la subjetividad se concibe como la capacidad de interacción, intencionalidad, negociación, pero también como capacidad para pensar, que proporciona criterios metodológicos. Entonces bien se puede reconocer, que el piso filosófico de la investigación educativa parte de la necesidad de una cualidad abierta, pero a la vez crítica, porque las teorías metodológicas se pueden aplicar heterogéneamente, esto está en la observancia de la configuración teórica de la investigación y en dependencia de la realidad del objeto de estudio.
El piso filosófico de la investigación educativa, no es lineal, no es conservador, porque es capaz de hacer frente a los desafíos de la educación transformadora, humanista, abierta a la integración y no a la fragmentación, inserta de un pensamiento complejo, porque el sistema necesita de cambios, que los problemas sean resueltos, que el objeto de estudio se corresponda con una realidad latente, que ayude a su entorno, que permita ver, entender el problema y transformarlo.
 Justamente lo que muestra este milenio es la diversidad, de teorías, paradigmas, metodologías aprovechables, que tienen ver con la historicidad de la ciencia, con los intentos de distinguir, clasificar, sistematizar, conocimientos científicos de la contextualidad, el piso filosófico de la investigación educativa debe sustentarse donde converjan las teorías positivistas, las socio críticas, los diferentes paradigmas, el pensamiento complejo, con relaciones de incertidumbres, de disenso, que proponga relaciones de encuentro, de flexibilidad y crítica.

En conclusión, desde el pensamiento complejo crítico, creativo, cuidadoso, se dice que la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles; parafraseando al filósofo y sociólogo francés Edgar Morin, varias teorías pueden estar contradiciendo, ampliando, o reformando, todas ellas serán filosofías válidas, todo depende de la realidad del objeto de estudio, y como se menciono al principio de este trabajo, de la formación ideológica, de la concepción del mundo del investigador.

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